“La moral del trabajo es la moral de los esclavos y el mundo moderno no tiene necesidad de esclavitud”, escribió Bertrand Russell preconizando un nuevo modelo social en el que trabajasen las máquinas y el ser humano se dedicase a cultivar las artes. “Sin la clase ociosa, la humanidad nunca habría salido de la barbarie”, decía. Y aunque casi un siglo más tarde la humanidad continúa esclava de sus propias tareas, los robots ya son los jefes de muchas fábricas y la automatización por software se ocupa de tareas sorprendentes como la aviación comercial, en la que el piloto ha sido relegado a un papel de mero supervisor informático.
Es cierto que todavía no han llegado a nosotros robots como aquellos cíborgs sometidos al capricho humano que imaginó Philip K. Dick en Blade Runner, o los mayordomos autómatas de El dormilón, pero la distopía es hoy mismo: la robótica doméstica se expande con pequeños humanoides que realizan tareas menores, reconocen caras, bailan y hablan en diferentes idiomas.
El constante crecimiento de este campo tanto a nivel doméstico como a nivel profesional en los procesos de fabricación es evidente, por lo tanto nosotros, un grupo de futuros graduados en ingeniería mecánica por la Universidad de Córdoba vamos a intentar mediante este medio poder dar a conocer curiosidades, novedades, impresiones y opiniones sobre numerosos aspectos relacionados con las nuevas tecnologías, la robótica y por qué no otros aspectos que puedan tener relación con nuestro campo de estudios.
Quisiéramos comenzar dando nuestra opinión sobre un tema en el que claramente hay dos amplios sectores enfrentados, muestra de ello es como llenan pabellones en conferencias criticando posturas del contrario e intentando convencer al oyente. Este tema del que hablamos es la relación directa entre la automatización y el empleo.
Partimos de la idea inicial de que la robótica es necesaria para el progreso y automatización de ciertas actividades económicas, incluso sanitarias, favoreciendo a la reducción de accidentes laborales en determinados sectores. Sin embargo, desde nuestro punto de vista creemos que el principal problema proviene de la formación de las personas ya que la robotización lleva a que robots realicen actividades que antes realizaban los humanos, los cuales si tienen la formación adecuada pueden pasar a realizar actividades de control, organización y programación de los diferentes procesos que realice nuestro robot, el cual no deja de ser una máquina necesitando de un cerebro que la controle y le aporte las ordenes, y ese es el humano.
¿Pero cuál es el problema?, por desgracia no todas las personas tienen formación, ya sea porque no puedan permitírselo o porque simplemente no han querido esgrimiendo un “yo no sirvo para estudiar”, es evidente que la generación anterior a la nuestra, la cual coincide con el “boom” de ese cambio que supuso la automatización de ciertas tareas, presenta un cierto vació de formación totalmente relacionado a los medios económicos de la época, nosotros tenemos la oportunidad de ir salvando ese vacío pero por desgracia y como ya he comentado anteriormente, siempre va a ver gente sin formar. Por otro lado, hay actividades relacionadas con la precisión, la percepción sensitiva etc. que los robots nunca van a poder realizar y por tanto se va a seguir reclamando la mano de obra humana, nosotros pensamos y con ello queremos concluir que se puede llegar a un equilibrio que compatibilice esas actividades humanas con las automatizadas que si se le suma a una mayor formación del trabajador puedan evitar unos índices de paro descomunales que sólo son fuentes de grandes desigualdades sociales entre la población de un mismo país y países entre sí, lo que da pie a un caldo de cultivo perfecto para que aparezcan conflictos.
Piensen, el viaje hacia el progreso es más fácil si se lo hacemos todos unidos en la misma dirección...
Partimos de la idea inicial de que la robótica es necesaria para el progreso y automatización de ciertas actividades económicas, incluso sanitarias, favoreciendo a la reducción de accidentes laborales en determinados sectores. Sin embargo, desde nuestro punto de vista creemos que el principal problema proviene de la formación de las personas ya que la robotización lleva a que robots realicen actividades que antes realizaban los humanos, los cuales si tienen la formación adecuada pueden pasar a realizar actividades de control, organización y programación de los diferentes procesos que realice nuestro robot, el cual no deja de ser una máquina necesitando de un cerebro que la controle y le aporte las ordenes, y ese es el humano.
¿Pero cuál es el problema?, por desgracia no todas las personas tienen formación, ya sea porque no puedan permitírselo o porque simplemente no han querido esgrimiendo un “yo no sirvo para estudiar”, es evidente que la generación anterior a la nuestra, la cual coincide con el “boom” de ese cambio que supuso la automatización de ciertas tareas, presenta un cierto vació de formación totalmente relacionado a los medios económicos de la época, nosotros tenemos la oportunidad de ir salvando ese vacío pero por desgracia y como ya he comentado anteriormente, siempre va a ver gente sin formar. Por otro lado, hay actividades relacionadas con la precisión, la percepción sensitiva etc. que los robots nunca van a poder realizar y por tanto se va a seguir reclamando la mano de obra humana, nosotros pensamos y con ello queremos concluir que se puede llegar a un equilibrio que compatibilice esas actividades humanas con las automatizadas que si se le suma a una mayor formación del trabajador puedan evitar unos índices de paro descomunales que sólo son fuentes de grandes desigualdades sociales entre la población de un mismo país y países entre sí, lo que da pie a un caldo de cultivo perfecto para que aparezcan conflictos.
Piensen, el viaje hacia el progreso es más fácil si se lo hacemos todos unidos en la misma dirección...




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